El dibujo y el lenguaje.




El dibujo infantil es un elemento importante en el proceso de evaluación diagnóstica de nuestros pequeños. A menudo, los diferentes profesionales de un equipo de atención precoz exploran el grafismo de los niños que visitan los centros. Cada disciplina puede aportar información diferente de lo que representa el dibujo del niño, desde neuropediatría, psicología, logopedia, fisioterapia, trabajo social, así como otras disciplinas implicadas, cada visión describe la relación entre el dibujo y el nivel madurativo cognitivo y motor del niño, el dibujo y la representación de su mundo interno o de su entorno. Hablar, gesticular y dibujar son tres sistemas de representación únicos en nuestra especie (Cohn N., 2012).
Cuando se valora el grafismo queremos conocer el nivel de desarrollo de su sistema perceptivo-motor así como la capacidad de representación interna del niño, los niños se expresan a través del grafismo. En esta revisión, se ha querido estudiar la relación que guardan las bases de la evolución del grafismo con la función cognitiva del lenguaje, para ello hemos revisado los estudios realizados hasta la fecha con el fin de poder describir el estado de la cuestión actual. Desarrollo Para la exploración del dibujo infantil es fundamental adaptarnos a la edad del niño y situarnos en cada uno de los diferentes momentos evolutivos, desde el trazo inicial de los primeros garabatos hasta llegar a la representación simbólica del dibujo. Los primeros estudios que hacen referencia a la evolución del dibujo infantil (Luquet MH., 1913-1927) han descrito el dibujo y sus características a lo largo de las diferentes edades.
Estos estudios se publicaron sin bases teóricas previas y consideraron que el dibujo infantil era siempre realista, que siempre tiene un sentido representativo y simbólico para el niño que lo está dibujando. La evolución de la coordinación visual y motora será lo que permitirá a los demás interpretarlo con mayor o menor facilidad.
El proceso de dibujar se inicia en una etapa previa que conocemos como la etapa del garabateo. 





En esta etapa el niño se interesa por las líneas que traza e intenta reproducirlas, repetición tras repetición el niño va adquiriendo un control progresivo de la coordinación entre ojo y mano. El filósofo Luquet llama a esta etapa realismo fortuito en la que el niño aprende a partir de la relación causa-efecto de sus producciones.
 Esta teoría sostiene que en el garabateo infantil el niño puede darle un sentido a su dibujo, aunque los adultos todavía no lo podamos interpretar desde su sentido simbólico. Progresivamente el niño va adquiriendo mayor control visuoperceptivo y visuomanipulativo, empezando a aportar detalles hasta poder representar la realidad que percibe, su entorno y las relaciones interpersonales que va estableciendo, supone un desarrollo de la capacidad de abstracción y simbolización del mundo interno y externo del niño. 
La actividad de dibujar es una tarea compleja que conlleva la activación de numerosos procesos cognitivos. Troyano et al (2009) describen que cuando estamos dibujando intervienen diferentes habilidades y procesos cognitivos que actúan de manera conjunta, entre los que destacamos la percepción visuespacial y visuoperceptiva, mecanismos atencionales, conceptos previos adquiridos, funcionamiento ejecutivo, manipulación y control motor. El dibujo supone una actividad compleja que se inicia a edades muy tempranas, requiere de otras funciones cognitivas que a su vez complementa. Encontramos ampliamente descrito que la actividad de dibujar implica procesos perceptivo-motores complejos.
Es un instrumento proyectivo con elevada carga de tareas cognitivas múltiples implicadas. Pero cuando revisamos la relación entre el dibujo y el lenguaje, encontramos que son dos aspectos muy poco estudiados en la bibliografía científica; en este artículo describimos algunos de los hallazgos descubiertos al respecto. Desde nuestra experiencia clínica, hemos ido observando una alta presencia de grafismos inmaduros en niños que presentan retraso en el desarrollo del lenguaje y en muchos casos la evolución de ambas funciones se produce en paralelo. Es por este motivo que queremos conocer si estos procesos podrían estar interaccionados a nivel neuroevolutivo que implica a los primeros procesos de abstracción y simbolización.
A continuación presentaremos una revisión relacionada de la materia en cuestión, como herramienta que nos ayude a pensar y reflexionar en torno a nuestra práctica clínica. Diferentes publicaciones mediante técnicas de neuroimagen han estudiado las redes neuronales del dibujo. Las bases del lenguaje y su evolución también han estado ampliamente estudiadas desde diferentes perspectivas. Makuuchi M. (2010) publicó un estudio realizado con fMRI (resonancia magnética funcional) en el que se describen dos correlatos neuronales de la actividad de dibujar que coinciden con las redes neuronales de la función lingüística. Las áreas implicadas son el área bilateral ventral promotora (PMv) y la corteza temporal posterior derecha (PITC), su activación muestra una convergente evidencia de que dibujar un objeto depende de las regiones corticales en las áreas frontal, parietal y temporal que están interconectadas por el fascículo arqueado. Este mecanismo funcional puede explicar la relación entre el lenguaje y el dibujo. Algunos estudios previos ya habían descrito el papel del área PICT en la gramática mediante exploraciones con técnicas de neuroimagen, en ellos se sugiere un posible sustrato neural del léxico ortográfico que contiene representaciones de la memoria para almacenar las formas escritas de palabras conocidas que se almacenarían en el “lexicon” (Rapcsk, 2004). Por otro lado, Silvestre N. y Cambra C. (2009) examinaron las relaciones entre el dibujo y la adquisición del lenguaje oral en niños sordos y oyentes de 3-5 años, a partir de test de exploración del lenguaje y del grafismo. Los resultados de este estudio mostraron que no habían correlaciones significativas entre el nivel del lenguaje y la representación de figuras geométricas, pero sí entre el desarrollo del lenguaje y la figura humana. Los resultados fueron similares tanto para el grupo de oyentes como para el grupo de niños sordos. Las conclusiones del estudio establecieron que había una correlación significativa, entre el nivel lingüístico y el grado de complejidad o detalle en los dibujos de los niños sordos y oyentes. Teniendo en cuenta los artículos revisados, podría ser que durante la tarea de dibujar, se produzca un acceso al almacén de palabras que llamamos “lexicon”, por ello, el nivel de desarrollo lingüístico podría estar en paralelo con el detalle del dibujo simbólico. De esta manera, la no correlación con las figuras geométricas apoyaría la no necesidad de acceder al “lexicon” sin alterar la tarea de dibujar, sin implicarse en ella. Aunque cabe destacar que las dificultades en el desarrollo de las figuras geométricas podrían estar más comprometidas con aspectos visuoespaciales y visuoperceptivos que condicionarán posteriormente al desarrollo del lenguaje escrito (Faria D. Davis, 2006). El autor Cohn N. (2012) defiende una relación muy próxima entre lenguaje y grafismo. Sostiene que cuando las personas están pintando, almacenan cientos de miles de modelos mentales en su memoria a largo plazo que luego combinan para crear representaciones gráficas diferentes. Este proceso resulta muy similar al lenguaje, en el que se almacenan diferentes elementos léxicos que se combinan para generar nuevas e infinitas producciones. Teniendo en cuenta lo que se conoce entorno a las funciones cognitivas, existe una diferencia de funciones implicadas entre la tarea de dibujar y copiar. El dibujo libre y simbólico requiere un acceso al léxico y por lo tanto mayor nivel de desarrollo lingüístico, así como otras funciones cognitivas implicadas como la memoria léxica y espacial.


Por otro lado, la copia responde a funciones de atención, memoria de trabajo, así como habilidades visuoperceptivas y visuomanipulativas, sin requerir conocimiento lingüístico del objeto a dibujar. Es importante tener en cuenta esta información cuando pedimos a nuestros niños que nos hagan un dibujo libre de una figura humana o cuando les pedimos la copia de diferentes figuras geométricas planteadas. El lenguaje tendrá mayor relación con el dibujo simbólico humano, puesto que el niño tendrá que acceder al léxico de cada una de las partes que lo componen. Si tenemos en cuenta la evolución filogenética humana, a la especie homo sapiens se le otorga el uso de representaciones externas vehiculizadas por gestos, su posterior desarrollo del lenguaje oral y el dibujo permitió ampliar la capacidad de representación del mundo (Martí, 2003). Se supone por lo tanto, que la adquisición del dibujo por parte del homo sapiens pudo aparecer en paralelo con el lenguaje, impulsado por el desarrollo o la modificación del fascículo arqueado, hecho que coincidiría con los estudios de técnicas de neuroimagen revisados. Dibujo y lenguaje · Rosanna Marí Vico 5 Finalmente, queremos añadir que en diferentes estudios mundiales realizados con niños y sus dibujos, se ha demostrado que el diseño del dibujo está muy relacionado con el entorno cultural de cada sociedad (Cohn N., 2012), parece ser que la figura humana parte de un patrón sistemático social y tiene representaciones diferentes en culturas diferentes. El dibujo, igual que el lenguaje, se desarrolla bajo un marco cultural. Esto explicaría las diferencias culturales que encontramos en cuanto al desarrollo madurativo del dibujo y del lenguaje. Discusión Los diferentes artículos publicados parecen mostrar algunos aspectos en común entorno a la tarea de dibujar y hablar, parece que podrían estar compartiendo redes neuronales complejas. De ser así, tenemos que tenerlas en cuenta en nuestros modelos de exploración e intervención y así poder actuar sobre los mismos. Si asumimos que finalmente hay una relación entre estas funciones, aun presuponiendo la relación, desconocemos qué proceso se inicia primero o si se inician en paralelo. Tampoco sabemos nada al respecto de la influencia que tiene el lenguaje inmaduro en el grafismo, o al contrario, la influencia del grafismo inmaduro en el lenguaje. Desconocemos que situación es más protectora o vulnerable para el neurodesarrollo infantil y esto es importante para conocer las bases neuronales subyacentes. Además, cabe recordar que las dificultades en el desarrollo del lenguaje se correlacionan significativamente con dificultades en la lectoescritura.
Desde esta postura consideramos que el lenguaje gráfico es una entidad lingüística dentro del grafismo. A pesar de otorgar un papel fundamental a los sustratos neurológicos y los patrones del desarrollo para el dibujo y el lenguaje, también es importante considerar los elementos multiculturales entorno al desarrollo de las funciones lenguaje y grafismo, entendiendo que la cultura y entorno de este niño tendrán un papel fundamental en el desarrollo. Si tenemos en cuenta estas variables podremos explorar desde el paradigma bio-psico-social y reflexionar sobre la interacción entre las diferentes entidades.



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