Según René Huygue (El Arte y
el hombre, Editorial Planeta, Madrid, 1977) el arte empieza en el momento en el
que el hombre crea, no con un sentido utilitario como los animales, sino para
expresarse.
Los primeros dibujos que conocemos realizados por nuestros antepasados son los de las cuevas del paleolítico
Los primeros dibujos que conocemos realizados por nuestros antepasados son los de las cuevas del paleolítico
El
arte prehistórico del período auriñaciense es un arte principalmente lineal,
realizado con instrumentos que hacían líneas o puntos, por lo que se puede
hablar de él más como dibujo que como pintura, en el magdaleniense se pasó a
utilizar una técnica más pictórica, para acabar, hacia finales del Paleolítico,
tomando dos direcciones: 1ª., la que utilizaba las protuberancias de las rocas
para conseguir efectos de volumen en las figuras representadas. 2º., lineal y
esquemática.
El
dibujo del neolítico encuentra su expresión más representativa en el grabado
rupestre que participa de las características lineales de los dibujos
paleolíticos.
En la
Edad de los Metales el dibujo comienza a aparecer asociado a la decoración, especialmente
en la decoración de la cerámica.
Los
dibujos rupestres son representativos y tienen carácter simbólico y ritual,
carecen de composición y constituyen un conjunto de formas aisladas, carentes
de marco. Los dibujos decorativos, “encuentran su marco” en la pieza cerámica y
se organizan en función de la misma, constituyéndose en dibujos abstractos y
geométricos.
Se
cree que muchos de los dibujos prehistóricos tenían este mismo carácter ritual.
El rito que acompañaba el trazado de los mismos tendría como objetivo favorecer
la caza y, en otros casos, la fertilidad y la procreación.
Los
motivos representados en el arte rupestre eran esencialmente naturalistas; los
de la cerámica, abstractos y geométricos
EL PALEOLÍTICO.
En el Paleolítico Superior
cabría una distinción previa entre las manifestaciones de arte rupestre o
parietal y las de arte mueble. En el primer caso se incluirían aquellas obras
que el artista ha plasmado en las paredes y techos de las cuevas o abrigos y que
no son susceptibles de ser transportadas. Mientras que las muestras de arte
mueble serían aquellas manifestaciones artísticas de adorno o carácter votivo
que se pueden transportar de un lugar a otro. Además, es importante señalar que
de la Prehistoria se conserva tan sólo una mínima parte de los objetos y
manifestaciones artísticas que posiblemente se realizaron.
1. LA PINTURA
PARIETAL.
El ejemplo más representativo es el conocido como pintura
francocantábrica, porque sus manifestaciones abarcan el sur de Francia y la
cornisa cantábrica española, aunque existen otros ejemplos fuera de este
ámbito. Los yacimientos más importantes son los de El Castillo, La Pasiega y
Altamira en Santander y los franceses de Lascaux, Niaux y Trois Frères. El arte
parietal utilizó todas las técnicas, desde el trazo digital sobre arcilla hasta
el grabado o el bajorrelieve, sin embargo, son las muestras pictóricas las que
alcanzan mayor relevancia.
1.1. Localización.
La ubicación de las pinturas
parietales en el fondo de las cuevas quizás se explique por las rudas
condiciones climáticas del momento.
1.2. Técnicas.
Las técnicas utilizadas
para su ejecución son muy sencillas: Los colores se extendían con los propios
dedos, con pinceles elaborados con cerdas o mediante la técnica de la
aerografía, consistente en poner pintura diluida dentro de la boca y escupirla
a través de una caña sobre la superficie que se va a pintar. Para crearlos, se
utilizaban pigmentos naturales y como aglutinante la grasa animal. Los colores
más utilizados son el rojo, el ocre y el negro, de los que se obtenían
diferentes tonalidades dependiendo de la concentración. La policromía es un
elemento fundamental en estas representaciones. También eran muy variados los
recursos utilizados, como el aprovechamiento de salientes en la roca para
aumentar la sensación de volumen; la degradación tonal (consistente en producir
cambios en la intensidad de los colores para sugerir bulto ) y la combinación
pintura/grabado
( contorneando las figuras con un buril de sílex ).
1.3.
Temática.
Se observa un predominio absoluto de las figuras de animales (
bisontes, caballos, etc. ) dotadas de un gran realismo. Es significativa la
importancia de la representación de animales, como obras de unas sociedades que
basaban su vida en la caza. No obstante, aparecen también las figuras más o
menos antropomorfas, con detalles zoomorfos, que les dan un aspecto de híbridos
( hombre/animal ), muy poco realistas en contraste con las figuras de animales.
También se pueden encontrar manos representadas en las cuevas; pueden ser
negativas ( siluetas con un halo ) o positivas ( impresión directa de la mano
impregnada de color sobre la roca ). Por último, aparecen cierto número de
signos en casi todas las cuevas, con una gran variedad tipológica, que van
desde los puntos y bastoncillos hasta los cuadrados y rectángulos complicados
con divisiones internas.
1.4. Interpretación.
Existen diversas teorías, la más
aceptada sostiene que estas representaciones pictóricas no tienen una finalidad
narrativa o decorativa, sino ritual. Servirían para prácticas de magia
relacionadas con la necesidad de cazar. Según esto, si representaban
pictóricamente un animal, su caza se produciría, esto explicaría el realismo de
la imágenes, el predominio de los animales, la ausencia de escenas y
composiciones, etc.
1.5. Las cuevas de Altamira.
Las cuevas de Altamira (
Cantabria ) fueron descubiertas en el último tercio del siglo XIX por Marcelino
Sanz de Sautuola, aunque fue el investigador francés H. Breuil quien las
estudió con mayor profundidad. Se trata del primer descubrimiento de la
denominada pintura franco-cantábrica y constituye un conjunto excepcional de
pintura parietal. La cueva de las pinturas se divide en tres sectores: la sala
de entrada o Sala de los Polícromos, la parte interna , de recorrido en zig-zag
y, por último, el corredor final. La temática y técnica de las representaciones
pictóricas se corresponden con las características generales ya señaladas.
2.
El arte mueble.
Al Paleolítico Superior corresponden también las primeras
muestras de arte mueble. Los objetos están tallados en materiales diversos:
hueso, asta, marfil, dientes, arcilla modelada, piedra, etc., utilizando como
técnicas el grabado, el modelado ( en el caso de la arcilla ) y el relieve. La
temática es la misma que en el arte parietal: animales, representados con un
profundo sentido naturalista, figuras humanas y signos. Se trata por lo general
de útiles como agujas, arpones, cuchillos, colgantes y bastones. Especial
interés revisten estos últimos, denominados “bastones de mando”; su utilidad no
está muy clara, aunque se cree que tuvieron un uso simbólico como expresión de
poder dentro de la tribu. La categoría principal entre las muestras del arte
mueble la constituyen las denominadas “venus”. Se trata de pequeñas esculturas
( entre 5 y 20 cm. ) que representan mujeres desnudas o semidesnudas. En ellas,
el autor puso especial atención en resaltar aquellos detalles de la anatomía
humana que le interesaban ( los atributos femeninos ) y descuidar los que
consideraba inútiles, como los pies, los brazos y manos y especialmente la
cara. A pesar de que no aparecen asociadas a los yacimientos pictóricos,
siguiendo la misma línea de interpretación, se les ha atribuido un sentido
mágico, a fin de conseguir la fecundidad de la tribu. Las más conocidas son las
denominadas Venus de Laussel (Francia ) y Willendorf (Austria).
EL MESOLÍTICO Y
EL NEOLÍTICO.
Durante los períodos Mesolítico y Neolítico ( entre el 6000 y el
1500 a.C. ) se desarrolla en distintas zonas del Levante español un tipo de
pintura rupestre muy distinta de la del Paleolítico por su apariencia formal,
su finalidad y su ubicación. Los yacimientos más importantes de esta pintura
levantina son los de Cogull ( Lérida ), Alpera ( Alicante) y Valltorta ( Castellón
).
1. Localización.
Siguen siendo pinturas rupestres, pero se encuentran
ubicadas en abrigos rocosos y no en el interior de las cuevas. La existencia de
un período postglacial permitiría que la vida se desarrollara ya en poblados al
aire libre.
2. Técnicas.
La técnica más utilizada es la de la tinta plana, es
decir, no se matiza para dar volumen. Se trata de pinturas monócromas con una
gama de colores muy reducida ( rojo, negro ). Se evidencia así otra diferencia
sustancial frente a la policromía de las representaciones pictóricas
paleolíticas. Del mismo modo, frente al realismo de las representaciones de
animales de la pintura parietal franco-cantábrica, ahora las figuras
experimentan una gran estilización, llegando a un esquematismo en el que sólo
se representan aquellos rasgos anatómicos imprescindibles para su
identificación.
3. Temática.
Los temas varían sensiblemente frente a la pintura
franco-cantábrica; se observa una inversión de los términos, el protagonismo
pasa del animal al hombre y sus formas de vida. Este hecho hace pensar en una
sustitución del sentido mágico de aquellas por un carácter narrativo, que
cuenta la vida del grupo humano que las realiza: escenas de caza y recolección
de miel silvestre, de siembra, de actividades ganaderas, luchas, danzas o
rituales, etc. Aunque no existen referencias espaciales al paisaje, las figuras
se colocan componiendo una escena, frente a la simple yuxtaposición de figuras
animales propia del Paleolítico. Además, ahora los seres humanos aparecen claramente
definidos en las representaciones, incluso es fácil identificar los dos sexos,
tanto por el tipo de ropajes como por los atributos sexuales.
https://www.gobiernodecanarias.org/educacion/General/pwv/DocsUp/1664_DOSSIER%20H%C2%AA%20ARTE%20IES%20MAGALLANESII.%20ARTE%20PREHIST%C3%93RICO.PDF
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